11 mar 2010
LOURDES HENRÍQUEZ
Una mujer que tenía una única y eterna ocupación que era el de buscar a toda hora a su hijo por todo el pueblo de Montalbán, su amor exagerado por su hijo llamado Alberto la llevó a convertirese en una obseción.
Publicado por
Graciela Palencia
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario